Microrrelatos.
Había una vez una reina que todo lo prohibía y su pueblo
siempre la desobedecía. Llegaba a tal extremo este perverso modo de actuar, que
un día la reina dijo: Prohibido obedecerme. Y a partir de aquel momento sus súbditos
fueron leales y disciplinados.
En una granja había dos cerdos que se disputaban el poder de
comer primero. Siempre tenían agrias discusiones entre ellos en el orden de la
comida, hasta que un día llegó el porquero, les molió a palos a los dos y les
prohibió comer hasta que él lo dijese. Pero ellos le desobedecieron y se
comieron el uno al otro al mismo tiempo.
El entrenador de un equipo de futbol, prohibió a sus
jugadores que salieran de fiesta con sus novias la noche antes del partido.
Hartos de esta prohibición los jugadores, decidieron desobedecerle y se fueron
de fiesta con las amigas de las novias. Y los partidos fueron más desastrosos
que antes de la prohibición.
La madre de Ernesto le prohibió que se acostara vestido en
la cama. Ernesto la desobedeció y se quedó dormido en el sofá, vestido.
El padre de Joaquina era muy estricto y prohibió a su hija
que hiciera deporte, pues eso era cosa de chicos. La niña le desobedeció, se
hizo militar y hoy es comandante. Como su padre es sargento, ahora tiene que
obedecerla.
En esta empresa está prohibido pensar, dijo el obispo. Solo
se permite obedecer.
En esta empresa está prohibido obedecer, dijo el científico.
Solo se permite pensar.
La maestra demócrata trataba de que sus alumnos
confeccionaran un listado de propuestas con cosas que deberían de prohibirse en
clase. Todos los niños y niñas sin excepción, miraron al compañero o compañera
de al lado y pusieron en primer lugar lo que les molestaba de él o de ella.
La dirección general de tráfico ha prohibido el uso del
móvil al volante. El ochenta por ciento de los conductores desobedece. El otro
veinte por ciento o no tiene móvil o se le ha olvidado.
–
A ver, cariño, sabes que te lo prohíbo por tu
bien.
–
Si mamá, porque si no me pegas.
Mis frases hechas
La primera
persona que prohibió que se hiciera algo, debería ser alguien que temía perder
ese algo o el privilegio de usarlo ella sola.
Prohibir lleva
implícita la violencia, la imposición, pero también el desafío a la autoridad.
Muchas prohibiciones
han abierto la puerta a la razón y a la ciencia.
Prohibirse a si
mismo es aceptar un protocolo de salvación de uno mismo.
Para prohibir es
necesario tener muy claro que lo prohibido beneficia a quien lo prohíbe
Los padres y las
madres prohíben a sus hijos hacer aquellas cosas a las que ellos les tienen
miedo.
Los padres
prohíben aquello que creen que hará daño a sus hijos. Y estos creen que es lo
que más placer les da.
Los padres
prohíben siempre por el placer que da, el decir después del error de los hijos:
ves, ya te lo dije.
Si nadie hubiera
desobedecido, no habría habido evolución de la especie.
El poder
prohíbe, para beneficiarse con las prohibiciones, con multas o con los efectos
secundarios de esas prohibiciones, como por ejemplo las medicaciones y los
tratamientos de deshabituación en el caso de las drogas.
A veces, el
poder esconde sus contradicciones prohibiendo algo. Por ejemplo, prohíbe el
alcohol a menores, pero sigue favoreciendo su producción y la vigilancia sobre
la venta es prácticamente nula.
Se prohíben las
drogas, pero en ese mismo esquema, jueces y policías y otro orden de personas
afines al poder se benefician de ello.
Las mafias
desobedecen para enriquecerse, pero como estructura de poder que son, también
prohíben para seguir enriqueciéndose.
Prohibido
prohibir es una paradoja sin solución. Quien lo dijo lo sabía, pero quiso crear
confusión al respecto.
Los maestros en
los colegios tienen extensas listas de prohibiciones. Es lo primero que los
alumnos aprenden. Pero tienen tan poca memoria, que nunca se acuerdan de lo que
aprenden, afortunadamente.
Si solo
prohíbes, inculcas la rebeldía y, de eso se trata, no?
Todos anhelamos
el fruto prohibido, desde que el mundo es mundo. ¿Por qué? Por esa única razón,
por ser prohibido.
Si se prohíbe
algo al ser humano, este dice: probémoslo.
El que desobedece
a la moda, marca tendencia.
Nacimos para
desobedecer, está en nuestros genes. Son aleatorios, no obedecen.
Prohibido copiar
en los exámenes. ¿Alguien ha obedecido alguna vez esta norma?
Es posible que
haya más sinónimos de prohibir que de permitir.
Con la
desobediencia tienes la penitencia; con la prohibición, la tentación. Y así
vamos, de la tentación a la penitencia, pasando por el placer.
Si se revisa la
historia con sentido crítico, se saca una indiscutible conclusión: hay que
seguir desobedeciendo.
Prohibiciones a la mujer en la era
franquista:
Las restricciones y maltratos contra las mujeres por durante la
dictadura franquista:
1- a finales de 1938 se prohibió a las mujeres inscribirse como
obreras en las oficinas de colocación, salvo si eran cabezas de familia y
mantenían a ésta con su trabajo, estaban separadas, se hallaba incapacitado su
marido, o eran solteras, bien sin medios de vida, bien en posesión de un título
que les permitiera ejercer alguna profesión
2- se prohibió el trabajo
de la mujer casada si el marido tenía un mínimo de ingresos determinado. La Ley de reglamentaciones de 1942 implantó
la obligatoriedad de abandono del trabajo por parte de la mujer cuando contraía
matrimonio y algunas importantes empresas como Telefónica hicieron constar
en sus cláusulas esta normativa al contratar: si había una reincorporación posterior, debía contar con la
autorización del marido. Las menores de edad (entonces hasta los veintiún
años, aunque las hijas no podían abandonar el hogar paterno hasta los
veintitrés años, “salvo para tomar estado”) estaban bajo la tutela de los
padres y las casadas bajo la tutela de sus maridos. ¿En qué se traducía esta
tutela? Por ejemplo, en que las mujeres no podían elegir por sí mismas una
profesión y ejercerla, realizar ninguna operación de compraventa, firmar un
contrato de trabajo o la apertura de una cuenta bancaria sin la correspondiente
“autorización marital”.
3- Las mujeres durante la dictadura no podían disponer de sus
propios bienes sin la autorización del marido, sino que ni siquiera podían
disponer de sí mismas: cualquier cosa que quisieran hacer debía contar con la
firma del marido.
4- En el Código Civil se equiparaba a las mujeres –por el solo
hecho de serlo– a los locos y dementes.
El artículo 57 del Código Civil sancionaba ese su retorno a la
edad pueril en su relación con el hombre, aun dentro del matrimonio: “El marido ha de proteger a la mujer y
ésta obedecerle”.
Hasta 1958 no fue autorizada por la ley a ser tutora o testigo en
testamentos, aunque la casada seguía necesitando permiso del marido, y hasta
1973, en las postrimerías del final de la dictadura aunque fuera por la muerte
del dictador en la cama, las solteras no pudieron abandonar el hogar paterno y
organizarse su vida antes de los veinticinco años, pasando a partir de ese año
a equiparar la edad de emancipación legal –los veintiuno – con los varones.
La mayoría de las ordenanzas laborales y normativas de trabajo en empresas
públicas y privadas establecieron despidos forzosos de las trabajadoras al
contraer matrimonio y en determinadas empresas algunos reglamentos de régimen
interior prohibían a las mujeres ejercer puestos de dirección.
5. la mujer casada continuó necesitando el permiso de su marido
para firmar contratos de trabajo, ejercer el comercio y usufructuar su salario.
6- Prohibición a las mujeres de estudiar en escuelas,
universidades o cualquier otra institución educativa (los talibán han
convertido las escuelas para chicas en seminarios religiosos).
7. Hasta 1966 no se permitió a las mujeres ejercer como
magistrados, jueces y fiscales de la Administración de Justicia y, por fin, la
autorización marital para firmar un contrato laboral y ejercer el comercio
sería abolida en la reforma de los Códigos Civil y de Comercio de 1975. Cuando
el régimen económico del matrimonio era la sociedad de gananciales, los
salarios de ambos cónyuges constituían bienes gananciales, cuya administración
siguió correspondiendo hasta 1981 al marido. Por último, a finales de 1975 el
acceso a algunos puestos de trabajo permanecía cerrado para las mujeres, por
ejemplo, en la Policía o las Fuerzas Armadas. La “licencia marital” se mantuvo
hasta la reforma legislativa de 1975.
8. El organismo que en España asumió la organización de las
mujeres fue la Sección Femenina de FET y de las JONS, encabezada por la hermana
del fundador de Falange, Pilar Primo de Rivera. También intentaba emular a las
organizaciones nazis y fascistas, con sus propias peculiaridades, en este caso
con una gran presencia del elemento religioso. Esta organización tenía como
misión organizar la aceptación del régimen entre las mujeres a través de
distintos mecanismos,
9. Dentro del marco de la cultura católica imperante su espacio se
reducía a la familia, donde cumplirían el imprescindible papel de “proporcionar
hijos a la Patria”. Se diseñó un prototipo de mujer, un modelo expuesto desde
la escuela, la propia Iglesia y los medios de comunicación:
“debía ir convenientemente vestida, es decir, con mangas largas o
al codo, sin escotes, con faldas holgadas que no señalaran los detalles del
cuerpo ni acapararan atenciones indebidas. La ropa no podía ser corta y mucho
menos transparentarse. Las mujeres jóvenes no debían salir solas ni ir
acompañadas de hombres que no fueran de la familia”.
10. El artículo 416 del Código Penal castigaba con arresto mayor o
multa a todos aquellos que indicaran, vendiera, anunciaran, suministraran o
divulgaran cualquier medio o procedimiento capaz de facilitar el aborto o
evitar la procreación. Sin embargo, en el caso del aborto, se contemplaba la
reducción de la condena si se alegaba la deshonra que suponía para la familia
una madre soltera.
El aborto era delito. Nada de información sexual y ningún medio
anticonceptivo.
11. El adulterio estaba especialmente penado (pero solo si lo
cometía una mujer). La religión católica a las mujeres de hablar o estrechar
las manos a varones que no sean sus familiares.
12- Prohibición a las mujeres de tener presencia en la radio, la
televisión o reuniones públicas de cualquier tipo.
13- Prohibición a las mujeres de practicar deportes o entrar en
cualquier centro o club deportivo, sino es solo para mujeres.
Prohibición del acceso de las mujeres a los baños públicos. (Baños
y piscinas solo para mujeres)
Prohibición a las mujeres y a los hombres realizar actividades
juntos Los sitios públicos se dividen ahora en "sólo hombres" o
"sólo mujeres".
27- Prohibición de pantalones, solo faldas, y largas.
Aparte de las anteriores restricciones a las mujeres, los
franquistas también:
-Censuraban todo tipo de actividades culturales como escuchar
cierta música, televisión y vídeos, a todas las personas, no sólo a mujeres
sino también a los hombres.
- Prohíben celebrar el tradicional carnaval y otras fiestas. Los
franquistas proclamaron que esa festividad es pagana.
- Se desautorizo el día internacional del trabajo (1º de mayo),
porque es tachado de festividad "comunista".
- Han ordenado que toda aquella persona con nombre no cristiano se
lo cambie.
- Obligan a la juventud española a raparse el pelo.
- Ordenan que los varones vistan indumentaria apropiada.
- Ordenan que los hombres que se afeiten o recorten sus barbas,
solo se pueden dejar bigotillo ridículo
- Ordenan que todo el mundo vaya a misa y si no estás bautizado no
puedes matricularte en un colegio.
- Obligan a todos a cantar el cara al sol, el himno, decir viva
España dando aplausos.