domingo, 26 de enero de 2020

2020

Claro, como no! Llegamos vivos a 2020. Estamos aquí para contarlo. Somos testigos de lo que este año que acaba de empezar nos depare o nos dispare, que seguro que habrá para todo.
Y. como sucede cada uno de enero, este rito se renueva y aparece un cambio numérico en los calendarios, acudimos a los buenos deseos y a los mejores propósitos para el nuevo corte arbitrario que hacemos en el eterno recorrido del tiempo, ese enigma que da sentido a todos los seres. Seres en el tiempo.
Que más quisiera yo que aportar un átomo de luz en este enigma portentoso que nadie ha podido desvelar aún. Si alguna vez se da ese suceso, seguro que habrá otras formas de vida diferentes y, espero, menos tormentosas que la nuestra. Qué suerte la de aquellos que sean capaces de entender esta forma de energía o lo que diablos sea el tiempo. Qué más da perderlo o ganarlo, si en todo caso es imposible su gobierno.

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